
“llénenme de alegría teniendo un mismo parecer, un mismo amor, unidos en alma y pensamiento.”
El poder del acuerdo entre los líderes de la iglesia es transformador, especialmente cuando se trabaja juntos hacia una visión compartida y dada por Dios. Cuando los líderes de la iglesia llegan a un acuerdo, alinean sus corazones, mentes y acciones hacia un propósito común, creando una atmósfera de unidad y colaboración. Esta unidad fortalece su liderazgo y mejora la efectividad colectiva de la iglesia en el cumplimiento de la misión de Dios. Un grupo de líderes que trabajan en armonía es mucho más poderoso que un solo individuo, ya que aprovecha los diversos dones y sabiduría dentro del cuerpo de Cristo. Con apoyo mutuo, responsabilidad y visión compartida, los líderes pueden lograr grandes metas que serían imposibles solos. La Biblia nos recuerda que donde dos o más se reúnen de acuerdo, la presencia de Dios obra poderosamente, haciendo fructíferos sus esfuerzos y multiplicando su impacto para Su reino.